Aguas turbias en un cielo despejado
El mundo se ahoga en sus mares
y yo reanudo con fe mis temores
devorando la fuerza de todos los cielos
Bajo la ira de Aqueronte mis lagrimas se desnudan
y caen a la estrecha división del océano
Me hundo y posas tus manos sobre mi cuello
para no volver a abrir así, mis ojos
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