domingo, 17 de febrero de 2013



Envenar mi sangre de vino santo es la cura de los mares
se puede esperar, pero no quiero vivir la eternidad sin tu amor cariño

Esperaba a desaparecer y que corrieras a encontrarme
a perderme y hallarte
en la alegría y la tristeza que vieras la forma ...
en la oscuridad que enciendas mis llantos como aquella estrella inapagable

Pero siempre debías volver
miraba tu rostro lejano, mientras se apagaban las luces
muy tarde te diste cuenta
que el amor en mí se anestesiaba en un hospital abandonado


En el vino su poder desfallecía lentamente
y me ahogaba hasta el otro día 
las tormentas se apagaron 
y mi amor por fin murió

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